FUENTE: Tu Punto/Alcoho
ESPAÑA
Para la mayoría de personas adultas, tomar bebidas alcohólicas con moderación no suele representar ningún riesgo significativo para su salud. Se considera un consumo moderado de alcohol el que una mujer no supere una o dos consumiciones diarias, y un hombre, dos o tres; intercalando dicho consumo con días de abstinencia.
Superar estas cantidades –y especialmente cuando se mantienen a lo largo del tiempo–, fácilmente acarreará problemas de salud orgánica y mental. Y posiblemente desencadenará conflictos en las relaciones, en los estudios y/o en el trabajo.
Pese a establecer esta clasificación entre el consumo prudente y el consumo de riesgo, otras variables también determinan si una relación con el alcohol es problemática.
En cualquier caso deberían abstenerse de tomar bebidas alcohólicas:
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Las mujeres embarazadas.
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Los niños y los adolescentes.
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Las personas que van a conducir un vehículo o que van a realizar actividades peligrosas o que requieren precisión.
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Quien esté tomando medicamentos (consultar con el especialista).
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Las personas que padecen ciertas enfermedades.
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Cualquier persona que sufra problemas derivados del abuso de alcohol.
Disponemos de dos criterios para saber cuando el uso de alcohol nos puede perjudicar: razones objetivas (cantidad y frecuencia) y aspectos individuales.
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